Historia

Conoce más a fondo nuestra compañía

Una larga y deliciosa historia con un nexo común: Dar la máxima calidad a nuestros clientes y seguir con una tradición familiar.

El origen de las galletas Quely se vincula a la demanda de las compañías de navegación de abastecerse de un producto nutritivo, que se conservase durante largos periodos de tiempo y que fuese fácil de almacenar. El uso de las galletas en las travesías oceánicas se puede constatar en obras literarias del siglo XVIII, sobre todo inglesas. Uno de los hornos que ya, en el siglo XIX, producía en Mallorca artesanalmente estas galletas era Can Guixe en Inca.

En el año 1934 Jaime Doménech Borrás adquirió un pequeño solar frente a la estación de ferrocarril de Inca, y el año siguiente construyó lo que sería el primer edificio de la fábrica, encargando también la maquinaria, la cual no llegó a ser entregada debido al estallido de la guerra civil en 1936. Sin embargo, el fabricante de las máquinas respetó el precio del pedido original y realizó el suministro ya en el año 1940. En aquel momento se trataba de una de las maquinarias más modernas de Europa ya que introducía la producción en línea continuada para producir la galleta María. El horno se construyó de mampostería durante los años cuarenta, en medio de las dificultades derivadas de la segunda guerra mundial.

Jaime Doménech murió en el año 1947 sin ver acabada su obra y fueron sus hijos, Jaime y Gabriel, quienes la continuaron. Hoy en día, ya se ha realizado el relevo generacional y la empresa mantiene su carácter totalmente mallorquín.

Durante la década 50 es cuando la fábrica comenzó a funcionar de manera industrial, si bien respetando, tanto en los ingredientes como en los procesos de fabricación, el método celosamente transmitido por sus antepasados. Sin embargo, aún habrá que esperar a los años 60 para el nacimiento de la marca Quely, que surgió por casualidad y tras un intento fallido de registrar la marca “Cor de Mallorca”, al parecer por dificultades propias de la época para el registro de una expresión en mallorquín.

Bajo la marca Quely, nuestras galletas conocieron el comienzo de su éxito en el mercado de Mallorca, cuyos consumidores vienen desde entonces, generación tras generación, manteniendo hacia las galletas Quely el afecto y la fidelidad que tanto apreciamos. Y es en 1970 cuando el negocio se constituye en sociedad anónima al crearse Quely, S.A., entidad que detenta la fábrica de galletas tal como la conocemos hoy en día. Es también en la década de los 70 cuando el edificio y las instalaciones fueron drásticamente ampliados y modernizados, adquiriendo una configuración que en líneas generales se mantendría hasta el año 1993. En el verano del 93 el edificio, la maquinaria y las instalaciones resultaron destruidos por un violento incendio.

Los daños y las pérdidas sufridas nunca han sido calculadas por completo. El espléndido comportamiento de nuestro equipo humano y la propia determinación de la familia permitieron, en menos de tres meses, una completa reconstrucción de la empresa, conservando todos los puestos de trabajo, y recuperando también con creces nuestra cuota de mercado gracias a la impresionante respuesta y fidelidad que los consumidores mostraron hacia nuestro producto y nuestra marca.

Hoy en día Quely es una empresa moderna, que pretende estar en la vanguardia tecnológica en sus procesos de producción, pero conservando siempre los ingredientes y los métodos originales que garantizan la particularidad y originalidad de nuestro producto, al cual se han ido añadiendo nuevos formatos de acuerdo con las exigencias del consumidor actual. Sin embargo Quely ha querido ser y ha sido una empresa moderna desde su nacimiento, y que desde entonces los conceptos de vanguardia, tradición y vinculación a Mallorca y a los mallorquines apenas han cambiado.

En el siglo XXI, Quely está dispuesta como siempre a afrontar los nuevos problemas que van afectando a toda empresa. La mejora continua, la innovación, la búsqueda de nuevos mercados, la adaptación de los sistemas de gestión a los novedosos estándares de calidad y de orientación al cliente en todos los aspectos del negocio marcan el escenario del presente y del futuro de Quely. Pero procuraremos que no cambie nunca lo esencial que nuestros mayores supieron transmitirnos: el cuidado por el trabajo bien hecho, la honestidad en su ejecución y, sobre todo, el cariño que sentimos hacia lo que hacemos y sabemos hacer.


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